Conseguimos recuperar la mina, pero los Duendes que quedan todavía ocupan algunas partes. Podrían estar fabricando armas con los recursos que aún tienen.
Ve a darles una lección al Sirviente Pesadilla y al Capataz Pesadilla. Destruye sus herramientas y llévate los cinceles rotos y las piedras mágicas aplastadas para que no puedan utilizarlos.
¿Qué haces aquí todavía? ¡Vete ya! Merin te da un empujón en la espalda.
¿Cómo puedo distraerlos mientras investigo?.
¿Aún no conseguiste las herramientas y los minerales de los Duendes?, te pregunta Merin frunciendo el ceño.
Te lo repito: destruye los cinceles de los Sirvientes Pesadilla y aplasta la piedra mágica del Capataz Pesadilla.
Aunque Saemón no es el más listo, os deja a todos a la altura del betún cuando hay que ser meticuloso.
¡Ve a aprender un par de cosas de él!.