Cuando Yuda y yo nos enfrentamos a ese monstruo, vimos una sombra que parecía el Decano Eduardo caminar hacia el fondo de la cueva. Yo me quedé luchando y Yuda fue a perseguir a la sombra. Alisa se palpa la cabeza, donde se dio un golpe.
Creo que deberías investigar esa sombra. Rápido, adéntrate en la cueva. Me parece que ese monstruo me envenenó, así que voy a descansar un poco. Te alcanzaré luego; no te preocupes por mí. Mientras habla, se lanza un hechizo curativo al abdomen.