Justo a tiempo, %n%. Bilde corrió hacia ti, sin aliento.
Tomás, el mayordomo, vino hasta aquí con una carta. Quiere que se la entregues al comandante. Berde buscó entre la pila de documentos que había sobre su escritorio, pero no encontró nada.
Qué raro, estaba aquí anoche, antes de que accidentalmente me quedase dormido, murmuró Berde, sudando nerviosamente, mientras seguía buscando entre sus papeles.
Lo siento. Me parece que te daré el mensaje para el comandante yo mismo.