¡Estoy seguro de que este era el camino! ¡Qué raro!
No estoy perdida, ¿sabes? Si no fuese por las ninfas y los ciervos, no estaría atascada aquí.
Ellos no dejaron de perseguirme y yo no pude llegar a la cita con mi amigo. ¡No sé por qué me perseguían!
Me pongo furioso de solo pensarlo. ¡Tal vez tenga que enseñarles una lección!, Felicia hablaba casi sin respirar.