Los buenos tiempos nunca duran. El despliegue de brujería malvada de Kukuryu causó que muchos Duendes estuvieran celosos de él.
Cuando el rey estaba muy enfermo, circularon rumores que era el objetivo de un complot. El rey creyó los rumores y después de recuperarse desterró a Kukuryu, mandándolo a la tierra de Tokakumi (el actual Bosque de la Plaga -- los Duendes solían llamarlo Tokakumi).
Cuando los Hombres-Lobo derrotados por Kukuryu se enteraron de su exilio, salieron de sus cuevas en el Pantano Nido para planear una emboscada a Kukuryu en Tokakumi.
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Esta vez, Kukuryu no tuvo tanta suerte. Después de estudiar la brujería de Kukuryu, los Hombres-Lobo meticulosamente crearon una ofensiva mucho más feroz que las anteriores.
Kukuryu tuvo que defenderse de sus ataques sólo. Su báculo estaba salpicado de sangre y no pudo contra los ataques de los Hombres-Lobo.