Al parecer, el campamento de montaña no era un bastión apropiado, por eso el General William decidió seguir explorando hasta dar con un mejor lugar.
Los dientes de los soldados crujían mientras cruzaban las montañas. Por desgracia, el ejército del General William tropezó con más criaturas terribles, como los Hombres-simio de Metal, en la parte oriental de Monte Eternidad.
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El armamento regular no perfora las pieles de acero de los Hombres-simio de Metal. Los soldados dicen que sus filosas espadas y escudos resultan abollados y desportillados.
Esto ocurrió cuando el General William demostró su estrategia de superioridad militar.
¡Levanten sus escudos! ¡Formen una muralla!, les ordenó a sus soldados, para resistir en formación el ataque de los hombres-simio.